IoT y las Smart Cities
- Dario Ferraté
En los últimos meses hemos venido hablando de soluciones de IoT (Internet de las Cosas/Internet of Things) para sectores específicos como Sanidad, Automovilístico y Turismo. Tres sectores donde se mueve una cantidad importante de miles de millones de euros cada año, con el fin de proporcionar las mejores prestaciones a sus usuarios.
Hoy vamos a tocar un tema que, aunque lleva muchos años entre nosotros, sigue dando que hablar y generando miles de puestos de trabajo: ¡Smart Cities! Otro de mis temas favoritos y de seguimiento constante, del que no podía dejar de hablar.
La carrera para ser la ciudad más “Smart” comenzó hace varios años, pero esa carrera no tenía unas reglas claras para saber quién va por delante. Ciudades como Barcelona, Santander, Málaga, Vitoria, Madrid y otras tantas siempre salían en todo tipo de informes por una causa u otra. Todas eran (y son) “Smart” aunque no existiera una definición homogénea para este concepto. Tal es así que, en diciembre de 2012, la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) creó el Comité Técnico de Normalización AEN/CTN 178 “Ciudades Inteligentes” con el fin de normalizar esta clasificación dividida en 5 grandes bloques: “Infraestructuras”, “Indicadores y Semántica”, “Gobierno y Movilidad”, “Energía y Medio Ambiente” y por último, “Destinos Turísticos”. Fui muy afortunado en poder asistir a muchas de estas reuniones desde sus comienzos…
No obstante, los logros conseguidos por muchas ciudades han hecho que ocupen un lugar destacado en esta evolución. Por citar brevemente y sin entrar en detalles ni valoraciones, tenemos ciudades como Santander que, según muchas opiniones, comenzó su evolución para convertirse en Smart City, sensorizando toda la cuidad para luego proporcionar soluciones y servicios con la información obtenida de estos sensores. Ciudades como Vitoria o Las Palmas de Gran Canaria se han hecho populares en el sector por haber sido nombradas ciudades con la mejor calidad de aire en distintas ocasiones (por cierto, la UE endurece sus normas de calidad del aire para 2030). Málaga ha potenciado mucho la movilidad eléctrica, la energía renovable y limpia, entre otros proyectos. Por su parte, Valladolid ha aprovechado inteligentemente el cambio de la iluminación tradicional por led. Por un lado, ha reducido considerablemente los costes en materia energética y, por otro, ha aprovechado ese proyecto para promocionar la ciudad con el ya famoso “Tour nocturno Ríos de Luz” (realmente precioso, os lo recomiendo). Estoy convencido que, una vez allí, te quedas a hacer noche aumentando el consumo y generando más beneficios para la ciudad.
Seguramente echaréis en falta algún comentario de una ciudad que hablaré más adelante….
¿Y a nivel mundial? Existe un ranking de ciudades del mundo con mayor calidad de vida en la que encontramos a Barcelona en el primer puesto de las ciudades españolas (aunque en el puesto 39 a nivel mundial según la Consultora Mercer) o Madrid en el puesto 52 a nivel mundial. Barcelona se ha convertido en un escaparate de las Smart Cities atrayendo turismo mundial para conocer de primera mano lo que se está haciendo en este sector.
Todas las ciudades, independientemente de su envergadura, se han movido para hacer proyectos en este sentido, aprovechando las subvenciones existentes (principalmente europeas) en proyectos innovadores. La Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), ayuda (entre otras múltiples tareas) a dar a conocer los proyectos que se llevan a cabo en distintas ciudades y los resultados obtenidos con el fin de poder valorar tanto su rentabilidad económica como la repercusión que tiene sobre el ciudadano, que ve aumentada su sensación de confort y calidad de vida.
Bien, como pincelada sobre Smart Cities es suficiente, pero ¿qué hay debajo de todo esto en muchos casos? Dispositivos conectados en tiempo real con otros dispositivos a través de redes privadas y con conexión a Internet. Dispositivos cada vez más inteligentes que no solo informan o alertan, sino que en algunos casos empiezan a tomar decisiones.
Os voy a mostrar dos ejemplos de webs que muestran información en tiempo real a nivel mundial y que hace unos años solo veíamos en películas o estaban en entornos muy estratégicos, fuera del alcance del ciudadano de a pie.
Flight Aware para el rastreo en tiempo real de cualquier vuelo comercial. Es increíble, que cualquier vuelo pueda ser seguido desde su despegue hasta su aterrizaje. ¡Haced la prueba! Yo lo hice con un amigo y mi ahijada que se fueron a Argentina este verano y pude ver el momento en el que aterrizaban en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza 12 horas más tarde de salir de Madrid. Hace unos años nos conformábamos con saber la hora estimada y si había aterrizado (o iba demorado). ¡Hoy no! ¡Hoy podemos hacer el seguimiento de su aterrizaje, nos muestra información del vuelo, la velocidad, la hora prevista de aterrizaje, la hora real, el tiempo en tocar pista y hasta podemos ver como carretea por la pista hasta llegar a su destino, sentado cómodamente en el sofá de casa! La integración de sensores, comunicación en tiempo real e Internet hace que todo esto sea posible.
Otro ejemplo relacionado es calidad del aire: solo tenéis que ver esta página. Increíble ¿no? La calidad del aire en muchísimas ciudades del mundo sin salir de casa. No os voy a contar como se hacía, hace menos de 6 años, la transmisión de esta información desde las distintas ciudades al Ministerio de Medio Ambiente para evaluar la calidad del aire y obtener un dato homologado.
Las ciudades están cada vez más conectadas, los dispositivos hablan entre ellos y toman decisiones (el estudio que estaba haciendo Audi para conectar el coche con los semáforos para alertar al conductor o poner el vehículo en movimiento cuando detectara el semáforo en verde o detenerlo si el semáforo está en rojo). Caminamos por las ciudades y nos van proporcionando información de dónde estamos, qué estamos viendo, su historia, lo que ha sucedido en ese punto donde nos encontramos… podemos sacar entradas de cine desde cualquier sitio con solo tener un smartphone y sin necesidad de imprimir, enfrentar nuestra pantalla a un lector de códigos bidimensionales y que se nos abra la puerta (además de darnos sugerencias de otros espectáculos según nuestro perfil). Saber cuándo llega nuestro autobús, con solo saber el código de la parada o nuestro tren de cercanías con solo acceder a una aplicación.
Cuantos cambios en tan poco tiempo y lo más curioso aún… ¡que rápido nos hemos acostumbrado a todo esto! Las nuevas generaciones vienen con la tecnología embebida y todo esto es imparable.
Leía en un artículo de IT User un comentario de Mario García, Country Manager de Check Point Software que decía “En IoT estamos en un momento en que lo importante es hacer algo, no hacerlo bien ni hacerlo con seguridad”. Es una gran verdad, pero… ¿qué avance revolucionario para nuestra sociedad no se produjo así?
La ciberseguridad juega y jugará un papel fundamental para que todo este ecosistema crezca más rápido.
Dario Ferraté. Consultor TIC en el Ministerio de Defensa; director de Desarrollo de Negocio en la solución de Eficiencia Energética CEM de Cisco