IoT sigue avanzando a un ritmo que no nos podemos imaginar y parece no tener límites...

  • Dario Ferraté

Tal y como hemos comentado anteriormente, Internet de las cosas/Internet of Things (IoT) va a cambiar el panorama actual de forma radical y va a tener un impacto altísimo en nuestras vidas en los próximos años (ya lo está teniendo ahora, aunque no seamos 100% conscientes).

Hace poco tiempo, estuve participando en una charla tecnológica en la que se decía que la vida dentro de 20 años no se parecerá mucho a la que tenemos y conocemos actualmente. ¡¡¡Y tanto que así será!!! ¡La evolución y los cambios que tendremos serán elevadísimos comparados con los que hemos tenido hasta la fecha y sin mencionar los tenidos hasta 2000!

Una simple reflexión cotidiana. ¿Os habéis parado a mirar que los niños con apenas 3 o 4 años, tocan cualquier pantalla (TV, ordenador y hasta los he visto delante de escaparates) y, muchos de ellos, tratan de cambiar lo que están viendo desplazando sus pequeñas manos hacia izquierda o derecha, como si de un smartphone o tablet se tratara? ¡Su mundo es táctil al 100%, no hay lugar a dudas!

Ése es un gran cambio en nuestro comportamiento (y de las nuevas generaciones), sin hablar de otros temas relacionados como la naturalidad con la que interactúan con cualquier dispositivo, principalmente móviles, tablets, consolas de juegos… Seguramente, alguno se ha encontrado preguntándole a su hijo, cómo funciona un determinado dispositivo que hemos comprado para nosotros…

Pero hoy nos toca hablar de Internet de las cosas (IoT) y “la medicina”: la realidad de hoy, los avances que están “a la vuelta de la esquina”, y el futuro, que se plantea prometedor con avances que nos permitirán hacer cosas de las que, a fecha actual, la mayoría, ni imaginamos o suena a ciencia ficción.

Como he comentado en el artículo anterior, IoT tiene un potencial impresionante, y me atrevería a decir en casi todos los campos, y, por supuesto, la medicina también tiene su espacio. Hospitales totalmente sensorizados, donde “una cama” avisa a la “central de ingresos” si está ocupada o vacía; la propia cama se ajuste a la anatomía del paciente que, a su vez, es monitorizado mediante brazaletes “inteligentes” conectados a la central de enfermería; y hasta muñecos con capacidad de monitorizar constante vitales en niños mientras juegan con ellos… son algunos avances que ya podemos ver en ciertos hospitales…. En un artículo de Tedexis se resumen los avances en este sentido. El paciente no solo puede ser monitorizado remotamente, sino que, además, a través de su smartphone, recibe indicaciones sobre el tratamiento a seguir en cada momento. Todo ello gestionado y controlado por especialistas, sin necesidad de desplazamientos, colas, largas esperas… Y muchos avances más que seguramente habréis visto y que están cambiando hasta los modelos de negocio establecidos desde hace muchos años. Pero vamos más allá y pongamos un caso práctico del futuro inmediato….

Este verano, antes del receso vacacional, asistí a una reunión y presentación de productos de realidad aumentada de una empresa del sector, para ser utilizado en el entorno hospitalario y concretamente en el servicio de Telemedicina. Debo acotar que la Telemedicina se entiende como la “medicina a distancia”, abarcando desde una simple consulta a través de videoconferencia con un especialista hasta realizar una intervención quirúrgica por personal sanitario soportado a distancia por un equipo de especialistas en la materia.

¿Cuál era la inquietud que nos movió a pensar, en este caso, en “realidad aumentada”? Os explico una situación mucho más habitual de lo que se puede pensar.

Nuestras Fuerzas Armadas, por ejemplo, actuando en las distintas Misiones de Paz, están siendo atendidas por un grupo reducido de personal sanitario para cubrir cualquier incidencia sobre el terreno. Cuando se produce un incidente y hay heridos, estos son trasladados hasta un hospital de campaña para ser atendidos por especialistas que, a su vez, se apoyan en especialistas a través del Servicio de Telemedicina ubicado en el Hospital Gomez Ulla, en Madrid. Esto mismo sucede con los barcos de la Armada o, inclusive, con barcos hospitales civiles que están apoyando a los que faenan en distintos puntos del planeta.

Cuando se debe hacer una intervención de urgencia, el personal sanitario desplazado debe preparar la mesa de operaciones con el material correcto y adecuado para cada caso. Debemos recordar que, en “zonas remotas”, no existen (por razones obvias) un equipo de especialistas (médico, anestesista, intensivista, enfermero, asistente sanitario…) para cada tipo de intervención, y, por lo tanto, el personal de “campo” tiene que disponer del mayor apoyo remoto para saber cómo y qué precisa en cada caso. Por ejemplo, conocer el instrumental que se debe preparar para la intervención que se le presenta de forma inmediata (o con muy poco margen de tiempo) es fundamental. Claro está que no es lo mismo una intervención abdominal que una de rodilla y el material utilizado es distinto.

Ante una emergencia de este tipo y con el “tiempo contado”, se produce un elevado grado de estrés y la pregunta a contestar fue ¿cómo la tecnología e IoT puede ayudar? Te lo explicamos de manera sencilla.

Utilizando unas gafas de realidad aumentada, comunicaciones inalámbricas, reconocimiento de imágenes, comandos de voz y, todo ello, soportado por una red extensa, propia o sobre Internet (a través de sus redes securizadas), entre otras cosas, se podría facilitar el trabajo, minimizar el estrés, evitar errores y contratiempos. Las gafas muestran imágenes del instrumental necesario superpuestas a lo que estamos viendo en real y cuando hay coincidencia entre el material necesario (físico) y el “establecido como necesario (virtual)”, se indica al portador de las gafas por un cambio de color en el producto y enviado un mensaje de voz al sanitario.

Dispositivos de realidad aumentada, de comunicaciones, servidores… todos interconectados con centros remotos a través de redes con el nivel de seguridad correspondiente, facilitan la vida del personal desplazado y minimizan errores que, tratándose de vidas, es altamente importante.

Pero, ¿y si dejamos volar la imaginación y vamos más allá? ¿Y si pensamos en intervenciones a distancia con sensibilidad táctil en nuestras pantallas? Mucho “cine” diría un amigo mío… pero no es algo sacado de una película futurista, ni de un libro de ciencia ficción. Leyendo, me he encontrado con un artículo interesante de un periódico con publicación en Argentina que indica que desde hace un año se realiza lo siguiente y cito textualmente “Immersion corporation” está desarrollando una nueva generación de tecnología táctil denominada “Háptica”. La idea es que se pueda colocar la mano en una pantalla u objeto adaptado y sentir textura donde no la hay, donde no existe”. Con esta tecnología los médicos cirujanos podrán operar a distancia teniendo el tacto “real” como si estuvieran en la propia sala de intervención. ¿Real o ficción? Pues esto lo veremos en un futuro cercano y, además, puede dar “juego” a múltiples usos. Ahora, se nos viene otra pregunta interesante a la cabeza, ¿llegaremos a confundir la realidad con lo virtual en un futuro? Todo apunta a que así será, pero no nos adelantemos tanto.

Y, por si fuera poco, algunas empresas como Intel, AT&T, IBM… están sacando al mercado “kits” para que desarrollemos nuestros propios prototipos, agilizando la incorporación de nuevas aplicaciones y soluciones al mercado.

Por eso, como he empezado el artículo, lo termino… ¡IoT no parece tener límites! 

Dario Ferraté. Consultor TIC en el Ministerio de Defensa; director de Desarrollo de Negocio en la solución de Eficiencia Energética CEM de Cisco