Los colores: y tú, ¿cómo te comportas?

  • Asier de Artaza

Decididamente da igual desde que punto miremos la actividad empresarial, llamémosle mejor el negocio, porque siempre nos encontraremos con la misma variable estrella, las personas. Hablemos entonces de psicobusiness, el núcleo de todo, la fusión de las dos variables críticas, negocio y personas, fusionadas de manera ¡inseparable!

Porque como gestionemos solo personas… estará muy bien para las personas, pero no del todo para el negocio, y viceversa, bueno no, viceversa no, si gestionamos solo negocio, no estará bien para el negocio, porque no maximizaremos la aportación de las personas que son las que generan y producen el negocio.

Dicho esto, pasemos a la moda actual, a la cual me sumo y trabajo a diario con mucho gusto. Esta moda habla de las siguientes necesidades, crear equipos directivos de alto rendimiento, potenciar el liderazgo y gestión de las personas, captar ¡y desarrollar! talento, y de la dulcinea; la Transformación Digital. Todas cuestiones de actualidad, porque verdaderamente son importantes, necesarias y verdaderas.

Pero, ¿dónde está el quid no tan verdadero de la “cuestión”? Pues en eso, en que no hay nada nuevo desde el punto de vista de la tecnología de las personas. Pueden cambiar los efectos buscados, ya sea transformarnos digitalmente, gestionar mejor las personas, maximizar el ecosistema directivo… pero no confundamos el efecto con las causas que los producen. Las causas son de una naturaleza absolutamente diferente a los efectos, por lo que poco tienen que ver con lo digital o con el mercado de empleo, tienen principalmente que ver con lo de siempre, la psicología de las personas. Ésta es la tecnología, ésta es la ciencia a usar que producirá los resultados.

El error más ingenuo en criterio, o no tan error, sino búsqueda de diferenciación comercial, es asociar que la Transformación Digital es algo diferente a la gestión del cambio de actitudes, transformación cultural...  y lo mismo para las otras modas o “efectos”. Así que si alguien te ofrece “tenemos la última metodología para la Transformación Digital”, o “con nuestro programa peopleXJY los equipos rinden como jamás se ha visto”; si a ti también te ofrecen eso, ¡corre! ¡Huye!

Total, que es imposible afrontar estos “efectos” manejando causas diferentes a las psicológicas. Y lo que no tiene sentido es atribuir una técnica específica asociada al efecto como lo último y mejor, para conseguir cualquiera de estas aplicaciones o efectos. Y me explico, estamos hablando de lo de siempre, de personas, colectivos y alineación a la causa corporativa... Así que, con mucha elegancia y humildad, hablemos de la cuestión, la centenaria psicología, y, vayamos más allá, hablemos de la psicología fusionada con el negocio, el psicobusiness.

Lets go to basics! Una de las cuestiones más importantes para el éxito de la gestión de las personas es conocer sus estilos de comportamiento. La coincidencia casual en estilos similares produce el flow, la interacción y relación positiva por defecto. Por lo tanto, es indispensable conocer los estilos de comportamiento, para ver qué personas fluirán y cuáles… lo contrario, así que juntaremos a unas con otras o las evitaremos. Pero, por otro lado, también debemos dominar esta materia, porque con el adoctrinamiento adecuado, podemos conseguir que “el uno”, en vez de ver motivos de desencuentro en las diferencias con “el otro”, perciba un buen complemento a sus cualidades propias, y de esta manera consigamos otra vez la interacción positiva entre esas dos personas inicialmente vistas como incompatibles, que pasan a ser el tándem perfecto. 

Por último, una buena capacitación en estilos de comportamiento puede permitir desarrollar la capacidad de detección del “diferente”, y de adaptación al estilo del comportamiento del otro, justo durante la interacción. En fin, casi nada, imaginar lo indispensable de esto cuando hablamos de liderazgo, de conflictos, negociación, cambio de actitudes (¿hacia lo digital? O nos olvidamos ya de darle ese barniz a lo de siempre)… ¡sin colores!

Para ello, el área de conocimiento desarrollado hacia 1924 por William Moulton Marston

(1893-1947) a través de su publicación “Las emociones de la gente normal”, donde describió los cuatro aspectos básicos del comportamiento, y dio lugar a la metodología DISC, que establece cuatro ejes, habitualmente asociados ¡con Colores!

La Dominancia (Rojo), la Influencia (Amarillo), la eStabilidad (Verde) y el Cumplimiento (Azul), además de sus diferentes combinaciones y subcombinaciones, que dan lugares a sus 12 cualidades, que surgen fruto del diferente peso de las combinaciones de los cuatro ejes fundamentales. Estas cualidades son, sin duda, el timón de mando a la hora de gestionar personas de forma profesional. Y digo profesional, porque se requiere de criterio para no pervertir con simplezas los beneficios de esta rigurosa teoría.

Hagamos un poco de historia. Corría 1926 y la Psicología aún era una ciencia joven. A diferencia de muchos de sus coetáneos, como Freud, Jung y otros, Marston no estaba interesado en el comportamiento desviado ni en las enfermedades mentales, sino en el comportamiento que mostraba la gente normal al relacionarse con otras personas de su entorno. 

Marston fue un hombre académicamente preparado, con una licenciatura de la Universidad de Harvard (1915), una licenciatura en derecho de la Escuela de Derecho de Harvard (1918) y un doctorado en psicología, también de la Universidad de Harvard (1921). El título de su tesis fue “La presión arterial sistólica, síntomas de engaño y estados mentales constitutivos”, donde describía cómo cambiaba la presión arterial de una persona cuando era interrogada. Este descubrimiento se convirtió en la base de su ambición por crear el detector de mentiras. Marston describe sus teorías en dos libros: Emotions of normal people (1928) y Integrative psychology (1931).

Así, se fue ganando definición poco a poco, El estilo Dominante rojo, está orientado a objetivos, al rendimiento y el tiempo es crítico para él, algo diferente al estilo eStable verde que busca la relación con las personas y los porqués. El Dominante rojo puede ser una bomba explosiva para el eStable verde que busca armonía, relajación, completar las tareas…y donde el tiempo no importa. Por otro lado, nos encontramos al Influyente amarillo, social, extrovertido, arriesgado, comunicativo, creativo e impulsivo; digamos algo en otra onda que poco tiene que ver con el Cumplidor azul, que necesita estructura, hechos, precisión, calidad, detalles y es reservado.

En fin, agradezcamos su aportación a Marston y a los posteriores desarrolladores de aplicativos de su teoría, porque imaginaros qué transformación, o desarrollo del talento podemos hacer si nos fijamos en la transformación digital desde las gafas de Google, y no tenemos en cuenta cuestiones tan potentes como éstas, que son la base, ya no de “la interacción positiva”, sino de la simple compatibilidad de las personas y de la consecuente efectividad de la comunicación.

Y hablando de aplicativos, con este término me refiero a herramientas que gestionan cuestionarios de análisis, contenidos para la generación de diagnósticos de estilos de comportamiento, e informes finales con datos y recomendaciones.

En mi práctica profesional, entendí indispensable contar con un potente y completo aplicativo, para ser más certero y ágil que basándome en mis conocimientos caso por caso.

Y si iba por ese camino no me bastaría cualquier desarrollador, había tenido múltiples experiencias mediocres y mi natural obsesión por la excelencia técnica y pragmática, me llevó a buscar y buscar empresas de renombre.

Que fuesen técnicas y rigurosas, pragmáticas y económicamente sensatas, evitando empresas sensacionalistas del ámbito de la neuromoda, saltando dignas startups algo delgadas en criterio, o esquivando grandes multinacionales, donde también percibí bastante “castaña” de enorme presupuesto… Bueno, el caso es que, en mi caso, valga la redundancia, finalmente me colapsé con la solución perfecta.

Mi larga búsqueda me llevó a países punteros en el ámbito de la educación, los valores y la gestión de las personas, desembarqué irremediablemente en el norte de Europa, concretamente en Suecia. En este preciso país estaba ubicada la central de una no tan gran empresa, pero de muchísimo criterio técnico y vocación tras 20 años de operaciones. Pragmatismo tecnológico, fiabilidad y validez psicológica y muy “coherente” presupuesto.

Me enamoré de su herramienta, ¡llena de Colores! Todavía entonces en diferentes idiomas no hispanos. Les llamé y… ¡menudo sorpresón! Ensize International acababa de aterrizar y abrir una filial en España, allí me entregué cuan fan de los Rolling Stones.

Asier de Artaza. Director de www.yesmanagement.es